Cómo lidiar con la alergia al polvo

Si tienes alergia al polvo este artículo te ayudará a mejorar tu vida.
Si tienes alergia al polvo este artículo te ayudará a mejorar tu vida.

Vivir con alergia al polvo no es una tarea fácil. Se necesitan varios cambios en los hábitos diarios. En este artículo contamos en qué consiste este trastorno y cuáles son las mejores medidas para afrontarlo. Cuando hablamos de alergia al polvo, nos referimos a la alergia a los ácaros del polvo que viven en el polvo. No eres alérgico al polvo en sí, sino a esos diminutos insectos que viven entre sus partículas.

Para quienes la padecen es difícil vivir con esta condición a diario. Para afrontarlo, es necesario realizar algunos cambios en tus hábitos diarios. Si quieres mejorar la calidad de tu vida, en este artículo encontrarás algunas medidas para vivir con la alergia al polvo.

¿Qué son los ácaros?

Los ácaros del polvo son organismos diminutos que solo son visibles a través del microscopio. Tienen una gran capacidad para proliferar en diferentes áreas, especialmente en condiciones muy favorables. Estos seres prosperan en una humedad relativamente alta y necesitan temperaturas cálidas para sobrevivir. Por tanto, son más frecuentes en las zonas costeras tropicales y menos presentes en los entornos montañosos.

Las mejores estaciones para ellos son las temporadas de transición, como el otoño y la primavera. Es por ello que quienes son alérgicos al polvo pueden ver agravada su condición en ambas épocas del año. La exacerbación a menudo se atribuye falsamente a un supuesto aumento de polvo en el medio ambiente.

Síntomas de alergia al polvo

Quienes padecen este trastorno, además de aprender a convivir con él, deben aprender a reconocer y tratar los síntomas resultantes. Esta alergia puede adquirir tres manifestaciones clínicas:

  • La conjuntivitis. Es la inflamación de la conjuntiva ocular. Los síntomas son ojos llorosos, picazón en los ojos y párpados hinchados. La visión se ve afectada debido a la inflamación y el ojo se enrojece.
  • La rinitis. Es la inflamación del revestimiento de la nariz. Cuando hay rinitis, hay secreción nasal llamada rinorrea, picazón nasal y estornudos. Se manifiesta como una mucosidad clara, clara y líquida. Esta condición también puede obstruir las vías respiratorias superiores, dificultando temporalmente la respiración.
  • El asma. La forma más grave de alergia al polvo es el asma alérgica. Los bronquios se cierran para reaccionar al agente externo y el individuo sufre de disnea o dificultad para respirar. Un silbido bronquial acompaña al asma, como un sonido característico de la respiración.

Medidas a tomar para vivir con alergia al polvo

Vivir con alergia al polvo requiere cambios precisos en el medio ambiente. En el caso de los niños, los padres deberán cuidarlo para calmar la alergia. Las medidas generales para vivir con esta condición son:

  • No levantes polvo durante la limpieza. Para ello, lo mejor es realizar las tareas del hogar con trapos húmedos.
  • Usa ropa de cama a prueba de polvo. Existen fundas de almohada y fundas de colchón fabricadas con materiales especiales que repelen el polvo y evitan la proliferación de ácaros.
  • Cambia las sábanas una vez a la semana. Deben lavarse con agua caliente para eliminar los ácaros con mayor facilidad.
  • Reducir la humedad. Un deshumidificador es una buena opción para las personas alérgicas al polvo. El objetivo es reducir la humedad del ambiente a menos de la mitad.
  • Usa la aspiradora. Parte de la rutina de limpieza debe incluir el uso de la aspiradora. Si tu dispositivo tiene un microfiltro o un filtro HEPA (alta eficiencia), aún mejor.
  • Evita las alfombras. Si la casa de la persona alérgica tiene alfombras, es mejor quitarlas. Las alfombras, por su humedad y temperatura, son el lugar ideal para la proliferación de ácaros.
  • Peluches lavables para niños. Los juguetes pueden transportar ácaros. El objeto más propenso a su proliferación es el peluche. Por lo tanto, se deben evitar los animales de peluche que no se puedan lavar con agua caliente.

Tratamientos médicos

Además de las medidas que se deben tomar en el medio ambiente para vivir con alergia al polvo, cuando padeces esta enfermedad, es muy probable que el especialista te recete algunos medicamentos. Estos no son medicamentos de uso continuo, pero pueden usarse durante mucho tiempo.

Los tratamientos médicos para mejorar los síntomas de la alergia al polvo incluyen:

  • Antihistamínicos. Los medicamentos como la loratadina o la difenhidramina reducen la producción de las sustancias que desencadenan la reacción alérgica en el cuerpo humano.
  • Corticoesteroides. Los aerosoles orales, como los aerosoles nasales o los inhaladores para el asma, también son una opción terapéutica. Entre ellos se encuentran betametasona, dexametasona, prednisona y fluticasona.
  • Los descongestionantes. Para controlar los síntomas de la rinitis, el médico puede recetar descongestionantes en combinación con un antihistamínico. No se pueden utilizar durante mucho tiempo; sin embargo, ayudan a aliviar los síntomas más rápidamente.
  • Inmunoterapia. Cuando se diagnostica una alergia al polvo, su médico puede sugerir una terapia de inmunización. Consiste en la aplicación sistemática de vacunas con bajas dosis de sustancias para ácaros. Las vacunas se administran durante algunos años hasta que el cuerpo se acostumbre a la causa de la alergia.

Conclusión

Existen varias alternativas para calmar y prevenir los síntomas de la alergia al polvo. Sabemos que es muy difícil tener una casa completamente limpia, pero siguiendo estos consejos y haciendo algunos cambios en tus hábitos, disfrutarás de una mejor calidad de vida.