Cáncer colorrectal: las posibilidades de curación alcanzan el 90% con un diagnóstico precoz

El cáncer colorrectal es el nombre que recibe el tipo de tumor maligno que puede alcanzar tanto el colon (parte del intestino grueso) como el recto. Es tratable y, como ocurre con buena parte de las enfermedades de esta naturaleza, hay más posibilidades de curación si se identifica a tiempo.

Es el segundo tipo de tumor letal más frecuente entre las mujeres y el tercero entre los hombres. A pesar del retraso, es poco probable que el escenario sea muy diferente hoy en día.

Esto se debe a que la mayoría de las personas hoy en día no realizan la prueba que mejor puede detectar la presencia de cáncer en etapas tempranas, en las que la posibilidad de curación es del 90%.

Descuidar la prueba de sangre oculta en las heces, como se denomina, a menudo hace que el tumor sólo se detecte en fases avanzadas, cuando ya se ha extendido a otros órganos. En estos casos, las posibilidades de curación disminuyen considerablemente.

Causas del cáncer colorrectal

La aparición del cáncer de colon y recto se debe, como en otros tipos de tumores malignos, a la predisposición genética y a los coeficientes ambientales y dietéticos.

Los factores de riesgo que aumentan las posibilidades de que una persona desarrolle este cáncer que afecta al aparato digestivo son:

  • Dieta rica en carne roja, alimentos procesados y grasas;
  • Estilo de vida sedentario;
  • Obesidad y sobrepeso;
  • Fumar;
  • El alcoholismo;
  • Edad superior a 50 años;
  • Diagnóstico previo de pólipos o enfermedad inflamatoria intestinal;
  • Predisposición genética (cuando un familiar ya ha tenido cáncer colorrectal).

Signos y síntomas

El signo más común del cáncer colorrectal es la presencia de sangre en las heces. Sin embargo, es importante aclarar que no todas las hemorragias rectales son necesariamente un síntoma de tumor, ya que existen numerosas causas de esta afección.

Otros síntomas y signos que pueden venir acompañados de los citados anteriormente, y que quizás tengan relación con un tumor en la región colorrectal, son:

  • Sensación constante de debilidad;
  • Pérdida de peso intensa y sin causa aparente;
  • Heces pastosas y oscuras;
  • Anemia sin causa aparente (principalmente en personas mayores de 50 años);
  • Cambios significativos en la función intestinal (diarrea o estreñimiento frecuentes)
  • Molestias abdominales (gases o calambres)
  • Sensación de evacuación incompleta
  • Dolor en la región anal.

Si siente uno o más de estos signos, busque un especialista médico, como un proctólogo u oncólogo.

Diagnóstico del cáncer colorrectal

Existe una prueba muy sencilla y barata que detecta el tumor en las primeras fases y, de este modo, puede aumentar considerablemente las posibilidades de curación: la prueba de sangre oculta en heces.

Para las personas de 50 a 75 años, se indica una vez cada 12 meses. Antes, la recomendación médica sólo se produce en casos especiales.

Esta prueba rutinaria es muy importante, pero sólo su realización no es capaz de cerrar un diagnóstico.

Cuando la prueba confirma la presencia de sangre oculta en las heces, el médico suele indicar un segundo examen (colonoscopia, en la mayoría de los casos) para verificar, mediante una microcámara introducida en el ano, la presencia de inflamación, verrugas o masas cancerosas.

En algunas circunstancias, puede ser necesaria una biopsia para diagnosticar o descartar la posibilidad de un cáncer colorrectal.

¿Por qué hay tan poca gente que se haga un análisis de sangre oculta en heces?

La encuesta se realizó con 1.200 pacientes que tenían una indicación para el examen. Una de las principales razones observadas por los investigadores fue la prisa diaria de la vida, que hace que muchas personas descuiden su propia salud.

Tratamiento

El tratamiento del cáncer colorrectal en las fases iniciales es mucho menos agresivo. En estos casos, los pólipos o las lesiones suelen extirparse mediante colonoscopia o cirugía laparoscópica.

En los tumores de mayor tamaño en el colon, puede ser necesario realizar una intervención quirúrgica más compleja para extirpar las masas malignas.

A su vez, en los tumores rectales son más frecuentes las indicaciones de radioterapia y quimioterapia. Sin embargo, el tipo de tratamiento varía mucho según el tamaño de la lesión, el lugar afectado, la extensión y la presencia o ausencia de metástasis.

Cuando se identifica a tiempo, las posibilidades de curación del cáncer colorrectal son superiores al 90%. Cuando ya se ha extendido a otros órganos, las posibilidades de librar definitivamente al cuerpo del tumor son mucho más escasas.

Formas de prevenir

La mejor manera de prevenir el cáncer colorrectal es eliminar los factores de riesgo controlables de su rutina. Seguir una dieta equilibrada, sin presencia de alimentos procesados, baja en grasas y con un equilibrio en el consumo de carne roja puede ser un buen punto de partida.

Empezar a practicar actividades físicas, mantener un peso adecuado, dejar de fumar y no exagerar en el consumo de alcohol son otras medidas muy recomendables para evitar este tipo de cáncer y otros también.

En el caso de los factores no relacionados con los malos hábitos, como los antecedentes familiares de la enfermedad, es importante hacer un seguimiento médico para que, si el cáncer aparece, se diagnostique a tiempo.

Incluso para quienes tienen hábitos saludables -o al menos han empezado a tenerlos recientemente- las pruebas de cribado, como la prueba de sangre oculta en heces, siguen siendo fundamentales. Generalmente se recomiendan a partir de los 50 años.