Artrosis: qué es, síntomas, causas, cura y tratamiento

También conocida como artrosis, la artrosis es una enfermedad degenerativa que perjudica el movimiento de las extremidades del paciente. Esto ocurre debido a un desgaste del cartílago, promovido por un traumatismo o un uso excesivo de una articulación, generando hinchazón y limitación funcional.

Normalmente, la patología afecta a las manos, las rodillas, la columna vertebral y las caderas, por ser lugares más propensos a los movimientos constantes.

La artrosis es más común en las mujeres, aunque hay casos en ambos sexos. Más información:

Artritis y artrosis: ¿cuál es la diferencia?

Aunque presentan síntomas similares, la artritis consiste en la inflamación de las articulaciones, mientras que la artrosis es una enfermedad crónica.

En este caso, la artritis, si no se trata, puede convertirse en artrosis y presentar complicaciones durante toda la vida del paciente.

Causas

Existen dos formas de manifestación de la artrosis: primaria y secundaria. Cada uno de ellos tiene un origen diferente.

Primaria

Afecta al paciente debido al uso prolongado y repetitivo de una determinada articulación, o simplemente como consecuencia del envejecimiento natural.

Estas situaciones provocan la degeneración del líquido sinovial, que lubrica las cavidades articulares. Esto también puede ser una consecuencia de hacer ejercicio sin orientación profesional. Como resultado, el cartílago se daña y provoca una mayor fricción entre los huesos, de modo que acaban perdiendo su forma original, impidiendo al paciente realizar movimientos naturales sencillos.

Secundaria

Se origina por enfermedades congénitas y trastornos hormonales, como la obesidad, la gota, la artritis reumatoide, el hipertiroidismo y la diabetes, entre otros.

Factores de riesgo

Un estilo de vida poco saludable es un factor determinante para la incidencia de la artrosis. Sin embargo, se ha comprobado que también influyen algunos factores paralelos, como:

  • Herencia
  • Trastornos hormonales, como el hipertiroidismo
  • Edad avanzada, con mayor frecuencia después de los 60 años
  • Enfermedades metabólicas, como la obesidad y la diabetes
  • Deformidades óseas
  • Lesiones articulares
  • Profesiones que realizan movimientos repetitivos de una extremidad

Signos y síntomas de la artrosis

El dolor al realizar movimientos es la principal queja, seguida de la rigidez de algunas extremidades. Vea estas y otras formas de manifestación:

  • Hinchazón
  • Calambres al moverse
  • Dolor articular que empeora al final del día
  • Rigidez
  • Inmovilidad
  • Formación de nódulos rígidos por calcificación
  • Hormigueo
  • Adormecimiento

Los síntomas dependen de la localización del desgaste. Si se trata de una artrosis en la columna vertebral, puede haber dolor en la columna lumbar o en el cuello, en las manos hay nódulos duros y en las rodillas puede haber un aspecto valgo -en el que la mitad de las piernas y los pies están más juntos-.

Diagnóstico

Tan pronto como empiece a sentir dolor sospechoso de artrosis, el paciente debe buscar un ortopedista o reumatólogo para evaluar la gravedad del caso y recibir el diagnóstico correcto – principalmente para diferenciarlo de la inflamación, la artritis o la artrosis.

Además de evaluar el historial del paciente, el profesional puede realizar algunas pruebas para confirmar el diagnóstico. Estos son:

  • Rayos X
  • Resonancia magnética
  • Análisis del líquido articular
  • Análisis de sangre para descartar otras enfermedades

Complicaciones

La principal complicación de la artrosis es la limitación del movimiento. Cuando hay artrosis en las manos, el paciente puede tener dificultades para mover los dedos y realizar movimientos sencillos, como escribir o sujetar objetos.

Cuando hay artrosis en las rodillas, la capacidad de caminar se ve directamente afectada, ya que el paciente no tendrá la misma articulación para realizar pasos y sentarse.

En estos casos, es fundamental la orientación y la terapia con un fisioterapeuta, ya que cuanto más inmovilizadas estén estas extremidades, mayores serán las posibilidades de que aparezcan nódulos permanentes.

¿Se puede curar?

La artrosis no tiene cura. Afortunadamente, la enfermedad puede controlarse con medicamentos y procedimientos quirúrgicos que alivian y retrasan los síntomas.

Tratamiento de la artrosis

Medicamentos

El tratamiento inicial incluye medicamentos, especialmente en los casos de pacientes de edad avanzada a los que les resultaría difícil recuperarse de los procedimientos quirúrgicos.

Algunos de estos medicamentos para la artrosis son analgésicos, antiinflamatorios y narcóticos para aliviar el dolor.

Su ingestión puede provocar algunos efectos secundarios como náuseas, somnolencia y daños en los riñones y el hígado.

Fisioterapia

La práctica de la fisioterapia es esencial para evitar que la enfermedad tome mayores proporciones.

Hacer ejercicio y mantener una regularidad de movimientos controlada previene las complicaciones y fortalece los músculos cercanos a la región lesionada, compensando las secuelas.

Terapia ocupacional

La terapia ocupacional ayuda al paciente a realizar las tareas cotidianas con mayor facilidad, lo que contribuye a mejorar su calidad de vida.

Infiltraciones

También existe la posibilidad de aplicar inyecciones que alivien inmediatamente los síntomas, especialmente en los casos más graves. Las infiltraciones con cortisona y ácido hialurónico ofrecen un alivio del dolor articular.

Sin embargo, cabe destacar que estas dosis deben ser controladas para evitar mayores complicaciones.

Cirugía

Indicada sobre todo para pacientes jóvenes o con afecciones graves, la cirugía es una opción que favorece la mejora de la vida. Su objetivo es realinear los huesos o sustituir la articulación dañada por una prótesis.

Pronóstico

Es importante que el paciente no pierda el ritmo de los ejercicios para que la enfermedad no se agrave y cause complicaciones. Esta práctica también es importante para evitar el aumento de peso, que puede perjudicar los movimientos y empeorar algunos síntomas.

Sin embargo, también es necesario descansar en periodos cortos a lo largo del día y evitar pasar demasiado tiempo en la misma posición.

También se pueden administrar medicamentos para ayudar a aliviar el dolor.

Por último, conviene adoptar objetos que faciliten el movimiento, como barras en el baño, cepillos de dientes eléctricos y adaptadores de utensilios.

Prevención

No hay formas muy concretas de prevenir la enfermedad, pero la actividad física, el control del peso y el tratamiento de las enfermedades adyacentes pueden ayudar a reducir el riesgo de artrosis.