Bulimia: qué es, signos, qué la causa, cómo identificarla y tratarla

Todos los días nos bombardean en la televisión, las revistas, internet y las redes sociales con imágenes que nos remiten al cuerpo perfecto, a la forma física ideal, a la casi demonización de la obesidad. Sin embargo, muchas personas no pueden lidiar bien con este exceso de importancia que se da a la apariencia y acaban desarrollando trastornos alimentarios impulsados por el miedo a engordar.

Este es el caso de la bulimia, un trastorno del apetito que se caracteriza, en primer lugar, por episodios de ingesta incontrolable de alimentos, llamados ataques de hiperfagia.

A estos episodios les siguen métodos extremos para evitar el aumento de peso, como el vómito forzado o el abuso de laxantes.

La bulimia es uno de los trastornos alimentarios más comunes junto con la anorexia.

La bulimia afecta más a las mujeres

El Manual de Diagnóstico y Estadística elaborado por la Asociación Americana de Psiquiatría clasifica la bulimia como un trastorno alimentario que puede afectar a hombres y mujeres. Sin embargo, su incidencia es mucho mayor entre las mujeres.

Según una investigación realizada por The New York Times el año pasado, alrededor del 95% de los pacientes con anorexia y el 85% de los pacientes con bulimia son mujeres

Según estudios, la bulimia es un problema que sufrirán hasta el 4,2% de las mujeres a lo largo de su vida, y puede aparecer en varias edades.

Como las mujeres suelen recibir una mayor presión para mantener los estándares de belleza, es habitual que estos trastornos se presenten y se les atribuyan con mayor frecuencia. los trastornos alimentarios son producto de una compleja interrelación entre aspectos biológicos, psicológicos y socioculturales.

Los dos tipos de bulimia

El término completo utilizado por los expertos es bulimia nerviosa. Existen básicamente dos tipos de este trastorno: el tipo purgativo se produce cuando la persona se autoinduce regularmente el vómito o recurre al uso de medicamentos para ello.

El tipo no purgativo se observa cuando la persona no recurre al vómito ni a la medicación, pero desarrolla otras conductas compulsivas, como el ejercicio físico excesivo o el ayuno.

¿Qué hay detrás de estos trastornos alimentarios?

Las alteraciones del apetito pueden conducir tanto a la excesiva delgadez como a la obesidad, en el caso de quienes comen de forma obsesiva. Sin embargo, las más comunes son las personas con anorexia y bulimia que se caracterizan por un miedo excesivo a ganar peso, porque el paciente juzga que todo su éxito personal gira en torno a él. Esta condición lleva a una percepción distorsionada del propio cuerpo.

En relación con la bulimia, este estado de angustia mental puede llevar al individuo a comer compulsivamente y luego a sentirse culpable y querer deshacerse de las calorías ingeridas, la mayoría de las veces a través del vómito inducido. Además, muchas veces, la bulimia se acompaña de otras condiciones psiquiátricas, como la depresión, la ansiedad y el desarrollo de otras adicciones.

Diferencias entre bulimia y anorexia

Los dos trastornos se confunden a menudo. Es importante entender que en la anorexia la persona no come en absoluto debido a su miedo a engordar. Incluso en una situación de extrema delgadez, la ingesta de alimentos es mínima.

En la bulimia, la persona come todo lo que quiere -muchas veces de forma descontrolada, en un episodio de hiperfagia- y luego se deja llevar por un sentimiento de culpa, remordimiento y miedo a engordar. Entonces, toma medidas poco razonables para evitar el aumento de peso, como inducirse el vómito y tomar medicamentos para ello.

Es importante señalar que ambas enfermedades son bastante perjudiciales para la salud. Sin embargo, los estudios demuestran que la tasa de mortalidad de los pacientes con anorexia es más alta, y que una parte importante de las personas que sufren anorexia desarrollan también bulimia en algún momento.

Factores de riesgo

Al tratarse de una enfermedad psicológica, a menudo no hay una única causa detrás de su aparición. Como ya se ha dicho, los factores sociales, biológicos y mentales se combinan para generar la condición de bulimia nerviosa en un individuo. Luiz enumeró algunos aspectos importantes que pueden influir:

  • Genética: No hay datos concretos, pero se percibe que las personas que tienen familiares de primer grado que sufren algún tipo de trastorno alimentario son también más propensas a desarrollar este mismo trastorno.
  • Sexo femenino: Las adolescentes y las mujeres jóvenes tienen más posibilidades de desarrollar bulimia nerviosa, lo que no excluye las posibilidades de los hombres de padecer la enfermedad. Una de las posibles razones es el hecho de que las presiones sociales relacionadas con los estándares de belleza son mucho mayores en las mujeres;
  • Trastornos psicológicos o baja autoestima: Son dos factores más preponderantes y llevan al paciente a desarrollar la bulimia con mayor facilidad. Factores desencadenantes como el estrés, la dieta restrictiva, el aburrimiento o la falta de confianza en uno mismo acaban produciendo una distorsión de la imagen corporal, llamada dismorfia, y desembocando en la anorexia y/o la bulimia;
  • Los medios de comunicación y la presión social: Las revistas y los programas de televisión presentan un estándar universal de belleza que hace que muchas personas (sobre todo chicas) asocien la delgadez con el éxito y la popularidad;
  • Presiones deportivas, laborales o artísticas: Los deportistas y los profesionales del arte en general -como los actores y los bailarines- tienen un mayor riesgo de desarrollar trastornos alimentarios. Estos casos son un poco diferentes de la presión social porque la naturaleza de sus profesiones a menudo requiere un cuerpo de una forma determinada. Los entrenadores o los padres pueden forzar involuntariamente a estas personas a perder peso y mantener un peso bajo.

Síntomas y complicaciones de la bulimia

En primer lugar, es necesario comprender que las personas que padecen bulimia nerviosa están embargadas por un sentimiento de culpa y vergüenza. Por lo tanto, es necesario no sólo que el paciente intente vigilarse a sí mismo, sino también que las personas que le rodean estén atentas a las posibles señales.

En primer lugar, los problemas de comportamiento pueden servir de advertencia. En una fase más avanzada de la enfermedad, es posible notar consecuencias físicas.

  • Presencia constante de baja autoestima;
  • Miedo infundado a engordar y obsesión por perder peso;
  • Distorsión de la propia imagen corporal (dismorfia);
  • Personas con depresión, ansiedad o que tienen algún tipo de adicción;
  • Personas que comen en exceso y sin control (hiperfagia);
  • Personas que van al baño inmediatamente después de las comidas de forma habitual;
  • Personas que utilizan regularmente laxantes, diuréticos y otros medicamentos para adelgazar sin supervisión médica.

Debido a los constantes vómitos, pueden aparecer varios signos físicos. Entre algunas complicaciones están la ronquera debida al reflujo gástrico, la inflamación del esófago, la caries y el desgaste de los dientes. Esto ocurre principalmente por el ácido presente en el estómago que sale junto con el vómito.

Tratamiento

En primer lugar, el médico consultado debe ser un psiquiatra. Es él quien diagnosticará el trastorno mediante entrevistas y citas. Entonces, un nutricionista formará parte del proceso, ayudando al paciente a cambiar sus hábitos alimenticios. Un psicólogo también será importante en las terapias que se harán en un segundo momento.

La bulimia requiere tratamiento en varios frentes. La terapia, la medicación y la educación alimentaria son algunos de los puntos importantes para quienes quieren superar el problema. Además, la participación de la familia y las personas cercanas es más que fundamental.

Los grupos de apoyo, la terapia cognitiva y conductual, la psicoterapia interpersonal, la terapia familiar y la psicoterapia son posibilidades válidas que se recomendarán en función del especialista. En cuanto a los medicamentos, los más comunes a utilizar son los antidepresivos, pero dependerá de cada caso.